En su mensaje con motivo del 189 aniversario de la creación de la República, el Presidente candidato Evo Morales una vez más abundó en cifras macroeconómicas para demostrar el desarrollo económico del país, pero no pudo probar que tal bonanza se haya traducido en un cambio sustancial de la vida de bolivianos y bolivianas, manifestó el candidato a la presidencia del Movimiento Sin Miedo (MSM) Juan Del Granado.
En la sesión de honor de la Asamblea Legislativa Plurinacional por los 189 años de la independencia y fundación de Bolivia, Morales destacó que el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció 5% en promedio en los últimos ocho años, las Reservas Internacionales Netas ascendieron a 15 mil millones de dólares, y la tasa de desempleo se redujo de 8,2 a 3,2%, entre otras cifras macroeconómicas.
“Estamos prácticamente a la finalización del gobierno de Evo Morales y este mensaje hay que tomarlo en ese contexto, lamentablemente estamos con la mantenida actitud del gobierno de ver al país siempre con espejo retrovisor; el Presidente ha hablado de desarrollo económico, pero no ha dado cuenta de la magnitud de la riqueza y de las cifras que deberían impulsar un verdadero salto económico productivo y social del país”, interpretó el candidato presidencial de los Sin Miedo.
En los últimos nueve años el país recibió ingresos por 148 mil millones de dólares, 120 mil millones en los ocho años anteriores sumados a los 28 mil millones del presupuesto de 2014. “¿En qué se han traducido estos 148 mil millones? No se han traducido en un cambio sustancial de la vida de los bolivianos, y por ello el Presidente no ha mencionado una sola cifra de desarrollo en términos de salud y educación, y no lo ha hecho porque no existen verdaderos avances en estos parámetros esenciales para medir el desarrollo humano y la calidad de vida de la gente”, afirmó el candidato del MSM.
Datos oficiales del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) confirman que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Bolivia no ha mejorado desde 2007, razón por la cual el país se mantiene estancando en la posición 108 del ranking mundial de desarrollo humano, y sigue siendo el país más desigual de Sudamérica.
Países más desiguales de Sudamérica, según el Coeficiente GINI 2000-2010
Ranking
Regional
|
País
|
IDH 2012
|
Clasificación mundial
según el IDH
|
Proporción del
quintil de ingreso
2000-2010 (1)
|
Coeficiente GINI
2000-2010 (2)
|
1
|
Bolivia
|
0,675
|
108
|
27,8
|
56,3
|
2
|
Colombia
|
0,719
|
91
|
20,1
|
55,9
|
3
|
Brasil
|
0,730
|
85
|
20,6
|
54,7
|
4
|
Paraguay
|
0,669
|
111
|
17,3
|
52,4
|
5
|
Chile
|
0,819
|
40
|
13,5
|
52,1
|
6
|
Ecuador
|
0,724
|
89
|
12,5
|
49,3
|
7
|
Perú
|
0,741
|
77
|
13,5
|
48,1
|
8
|
Uruguay
|
0,792
|
51
|
10,3
|
45,3
|
9
|
Venezuela
|
0,748
|
71
|
11,5
|
44,8
|
10
|
Argentina
|
0,811
|
45
|
11,3
|
44,5
|
1. Proporción del quintil de ingreso: relación entre el porcentaje del ingreso del 20% más rico de la población y el porcentaje del ingreso del 20% más pobre de la población. Los datos se refieren al año más reciente disponible durante el período especificado.
2. El Coeficiente de GINI de ingresos mide la desviación de la distribución de los ingresos (o del consumo) entre los individuos u hogares de un determinado país, con respecto a una distribución de perfecta igualdad. La perfecta igualdad corresponde a 0 y la perfecta desigualdad a 100.
Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano 2013, El ascenso del Sur: Progreso humano en un mundo diverso, PNUD.
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En los últimos ocho años el país ha experimentado un incremento de sus recursos disponibles por más de tres veces de lo que disponía en el periodo anterior; sin embargo la evolución del IDH y la desigualdad son las muestras más fehacientes del fracaso y de la precariedad de las políticas gubernamentales. (Programa de gobierno del MSM, Construcción de vida digna)
El IDH expresa el nivel de bienestar a través de una media compuesta de tres dimensiones básicas: salud, educación e ingresos. En estas tres dimensiones los valores obtenidos son: esperanza de vida de 66,9 años; la escolaridad promedio de la población, 9,2 años; y el ingreso per cápita, 4.444 dólares.
Es evidente que de los tres criterios para el cálculo del IDH el único que ha tenido una mejora ha sido el del Producto Nacional Bruto per Cápita, gracias a los ingresos extraordinarios por hidrocarburos y minerales. Pero cuando analizamos los componentes del IDH en salud y educación, la situación es dramática.
La esperanza de vida al nacer pasó de 66,6 años el 2011 a 66,9 años el 2012, o sea se incrementó la esperanza de vida a un ritmo menor a los 3,6 meses durante el 2012 o menos del 0,45%. El promedio de esperanza de vida en Latinoamérica es de 74 años, y si los países de la región no mejoraran la esperanza de vida al nacer, alcanzaríamos la media en prácticamente 24 años.
Pero lo peor está en educación, donde los dos parámetros de medición se encuentran estancados. De acuerdo al PNUD, las tres últimas gestiones (2010, 2011 y 2012) se mantienen “estancados”, los años promedio de escolaridad en 9,2 años y los años esperados de escolaridad en 13,5 años. Lo más alarmante, de los años esperados de escolaridad, es que de acuerdo al mismo informe (PNUD), estábamos mejor el 2005 con 14,3 años e incluso el 2000 con 13,7 años.
Según el IDH calculado por el PNUD en 2012, Bolivia se ubica en el puesto 108 entre los 186 países para los que se dispone de datos comparables, con un valor de 0,675. Este valor tan solo registra un incremento de un 0,596% respecto al año 2011 que era 0.671, muy por debajo del crecimiento de 0,75% del IDH boliviano en la década anterior.
Bolivia se sitúa por debajo de la media regional que es de 0,741, y en Sudamérica solo por encima de Paraguay, por lo que somos penúltimos. En la posición que nos encontramos y con el actual crecimiento del IDH, si los otros países latinoamericanos congelarían su IDH, recién alcanzaríamos la media de Latinoamérica en 15 años.
Las políticas de redistribución de ingreso son un fracaso, tal y como lo muestra el IDH ajustado por la desigualdad, índice que disminuye cuando encuentra desigualdad ya sea en salud, educación o el ingreso; en nuestro caso la desigualdad reduce el IDH de 0,675 a sólo 0,444 teniendo una pérdida global del 34,2%, pérdida sólo superada por algunos países africanos y Haití.
La gran desigualdad existente en la distribución de los ingresos entre los bolivianos se expresa en su coeficiente de Gini, que en Bolivia es de 56,3, lo que muestra la mayor desigualdad en Sudamérica. En este sentido, la desatención del Estado en la generación de empleos dignos, salud y educación son las mayores determinantes de la vulnerabilidad y pobreza en nuestro país.
En la actualidad, apenas el 5% del presupuesto general se destina al sector salud y en consecuencia el país carece de centros de salud de primer nivel y los hospitales de tercer nivel son obsoletos. Solo como ejemplo, el Hospital del Norte en El Alto, a tres años de su construcción, ya fue inaugurado dos veces, pero hasta la fecha no funciona por falta de equipamiento.
Lo anterior evidencia que los 120 mil millones de dólares que ha recibido el gobierno en ocho años no han sido invertidos en educación y salud, y una parte, 302 millones de dólares, se ha gastado en la compra de un “satélite ciego” y poco útil que durará no más de 15 años. A ello se suman al menos 10 mil millones de dólares de gasto corriente. Juan recuerda que en 2006 había 75 mil empleados públicos, y hoy día son 350 mil, 500% más; “así se explica dónde están los 120 mil millones que nos han estafado”.
Promesas electorales
En su discurso de este 6 de Agosto, Evo Morales anunció la promulgación de una ley para garantizar el pago de aguinaldo a las personas de la tercera edad, y también prometió reducir la edad de jubilación de los trabajadores mineros.
“Nos alegramos por la gente de la tercera edad que recibirá aguinaldo, pero solamente son 250 bolivianos; con semejantes recursos que hemos recibido como país, deberíamos tener un país productivo que otorgue una renta universal que efectivamente cubra las necesidades. Ojalá estos no sean anuncios electorales, tienen ese sabor y esto desvirtuaría prácticamente todo el mensaje porque no habríamos escuchado al Presidente Evo Morales sino al candidato inconstitucional del MAS”, comentó Juan Sin Miedo.
Del Granado se refirió también a la agenda de país 2015-2020 delineada por el Presidente Morales en su discurso: “Nosotros le vamos a dar un verdadero contenido a la agenda del país al 2020; la agenda que requiere el país es en primer lugar de carácter productivo, tenemos que cambiar la matriz primario exportadora; también tiene que ser una agenda de desarrollo integral, y para ello hay que duplicar o triplicar el presupuesto de salud y educación; tiene que ser además una agenda de construcción de verdaderas autonomías en el país con la transferencia de al menos el 30% del presupuesto; a su vez tiene que ser una agenda democrática institucional para restablecer plenamente la libertad frente al autoritarismo, la independencia de la justicia y para acabar con la corrupción; y también tiene que ser una agenda de unidad de todos los pueblos y culturas del país”, detalló el candidato del MSM.
Finalmente, Juan Sin Miedo destacó que el Presidente haya hablado de conciliación y de que tiene que acabar el tiempo de la confrontación, aunque aclaró que “esto es lo que le hemos pedido al Presidente hace cuatro años por lo menos”.
Del Granado recordó que muchos opositores políticos “seguimos siendo perseguidos, hoy día la madre de nuestra candidata (a la Vicepresidencia Adriana Gil) está encarcelada y yo la próxima semana tengo que volver ante los fiscales con motivo del juicio por los puentes Trillizos. Le pedimos al Presidente que cumpla su promesa y que acabe la confrontación, y si él no quiere confrontación en términos de exclusiones, debatamos la problemática del país con motivo de las elecciones”.
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