El vice García falta el respeto al Alcalde de La Paz y a los ciudadanos que lo eligieron

En su ya habitual rol de fanfarrón de la cuadra o matón del barrio, el vicepresidente Álvaro García Linera se jactó de “jalar las orejas” a los alcaldes de los municipios que registran baja ejecución presupuestaria, entre ellos al Alcalde de la ciudad de La Paz. Luis Revilla exigió al prosaico lenguaraz que trate con más respeto las autoridades municipales electas por el pueblo y que vaya a jalar las orejas de sus empleados, en este caso los ministros de su gobierno que son los administradores públicos más ineficientes.

El vice García se ufanó de “jalar las orejas” al Alcalde de La Paz por la baja ejecución presupuestaria del municipio paceño, y lo llamó “niño malcriado y berrinchudo” supuestamente porque Revilla, en vez de agradecerle por sus “críticas constructivas”, le hizo notar que los ministerios son las entidades más ineficientes a la hora de gastar sus presupuestos.

“Hay que recordarle al vicepresidente que el MAS ha gobernado la ciudad (de La Paz) los primeros seis meses del año y por tanto el MAS tiene que asumir su responsabilidad respecto a la baja ejecución presupuestaria del gobierno municipal”, aclaró Revilla este lunes y, citando datos oficiales del Ministerio de Planificación, recomendó al vice García que “jale las orejas de sus ministros porque la menor ejecución presupuestaria a nivel del Estado son los ministerios que están en 22%, mientras que los municipios estamos arriba del 30%”.

Según Revilla, García “debería decirles flojitos a sus ministros” y “sería bueno que se fije en la viga que tiene en el ojo, antes que la espina que está al frente”. Además, el alcalde de La Paz exigió al vice “que tenga un poco más de respeto por una autoridad electa por los ciudadanos; puede jalar las orejas a sus empleados, y el alcalde no es su empleado sino una autoridad electa”.

Finalmente, el alcalde paceño consideró que el vice García debería conducirse por los canales regulares para pedir información en lugar de hacer política con los niños, ya que en sus visitas a las escuelas de La Paz no pierde la oportunidad de desacreditar al alcalde.