(Xavier Albó / CIPCA) En el municipio rural de Jesús de Machaca, Félix Patzi ganó ampliamente para ser gobernador en su confrontación con otra aymara, Felipa Huanca. En la elección de concejales ocurrió algo imprevisto: un sorprendente 33% votó en blanco (frente a solo 2,7% en la de alcaldes).
Primero analizaré en detalle el caso de mi municipio rural, Jesús de Machaca, y de ahí haré algunas reflexiones más generales. Llegué allí recién al final de la tarde del sábado 28 de marzo, como la última etapa de un largo viaje desde Pittsburgh, Estados Unidos, donde estuve en el Primer Encuentro de la sección boliviana de la Latin American Studies Association, del que me fui antes de que concluyera. Por poco ni pude llegar: por el mal tiempo, el vuelo de American Airlines tuvo que desviarse y aterrizar en Santa Cruz, de donde recién nos retornaron a La Paz a media tarde; pero finalmente llegué en el último micro de la tarde.
Tenía un interés especial para votar y observar directamente este proceso en mi jurisdicción, por sus posibles implicaciones para retomar el proceso de autonomía indígena, que fue congelado por el Concejo en pleno de la anterior gestión, incluidos los dos concejales de MACOJMA, siquiera para mantener sus pequeñas pegas y mamadera los cinco años.
En la propaganda pública preponderaba por mucho la del alcalde Moisés Quizo, del MAS, quien se presentaba para su reelección con todo el apoyo institucional del partido y la Alcaldía. Pero en los comentarios boca a boca prevalecía el nombre de Fidel Ramírez por el MACOJMA, la organización tradicional de los ayllus, y fundador y director de la principal radio local. Efectivamente éste fue el ganador, por un amplio 67%. El MAS solo logró 18,5%, y la tercera candidata (y única mujer), Loida Ajata, logró 14,1%, quedando incluso segunda en bastantes mesas. Era la candidata del mallku Felipe Quispe, quien utilizó la sigla del MPS, creada paradójicamente por Félix Patzi antes de aliarse con Sol.bo de Revilla.
En Machaca, Patzi ganó también ampliamente para ser gobernador en su confrontación con otra aymara, Felipa Huanca, a la que no faltaban tampoco interesantes credenciales. Sin embargo, en la elección de concejales ocurrió algo imprevisto: un sorprendente 33% votó en blanco (frente a solo 2,7% en la de alcaldes). ¿Por mala información o por estrategia? Como resultado, en esa votación el MACOJMA bajó al 60%, con cuatro concejales; el MAS subió al 26%, con dos; y el MPS, el 15%, con un concejal.
Este caso puede ayudar a comprender lo que ha ocurrido también en otras partes del altiplano aymara, más que en el campo de otros departamentos. Tiene mucho de desencanto por malas gestiones locales. Este es sin duda el caso de Machaca, y seguramente también en bastantes de los 38 (de 85) municipios en que el MAS ha perdido en el departamento de La Paz. Pero tiene también mucho de protesta por imposiciones de sus candidatos desde esferas superiores del partido, en lugar de los propuestos localmente desde las bases.
Lo de “gobernar obedeciendo” no concuasa con esas imposiciones verticales. Tampoco ignoro que en ello pueden ocurrir situaciones complejas. Tal vez algo así le pasó a Evo al apoyar a Patana por presiones de mafiosas dirigencias gremialistas; por no hablar de las matufias jurídicas del Tribunal Electoral —departamental o nacional, según el caso— para hacer prevalecer a algún candidato del MAS. Veremos qué decide mañana lunes el Tribunal con relación a la segunda vuelta para gobernador en Chuquisaca.
El autor es antropólogo lingüista y jesuita; artículo tomado del diario La Razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario