El Movimiento Sin Miedo propone superar el Autoritarismo y la persecución política, la Malversación y el despilfarro, la Corrupción generalizada, el Antiindigenismo y anticomunitarismo, y la Manipulación tiránica de la institucionalidad, las denominadas cinco fracturas, mediante cinco construcciones en las áreas económica-productiva, autonómica, institucional, plurinacional y de vida digna para todos los bolivianos.
Las Cinco Fracturas
En el horizonte histórico reciente se identifican cinco fracturas de carácter político, económico, plurinacional, institucional y ético:
La primera fractura política se produjo en las elecciones municipales de abril de 2010, propiciada por el hegemonismo masista en el intento de eliminar la pluralidad y restringir la democracia. Después, en diciembre de ese año, se produjo la fractura económica con el gasolinazo que develó la gravedad del daño que en la economía estaba produciendo la improvisación y especialmente la carencia de una estrategia gubernamental alternativa al capitalismo burocrático de Estado.
La tercera fractura de carácter indígena surgió con la represión de Chaparina, momento autoritario extremo para implementar la visión “desarrollista” a costa del TIPNIS y del bloque indígena –popular. La cuarta fractura institucional es visible en todos los órdenes, pero especialmente en la subordinación de los poderes, en la desinstitucionalización de todo el aparato del Estado, en el copamiento judicial y en el incumplimiento sistemático de la propia Constitución Política y las leyes.
La quinta fractura de carácter ético se manifiesta en el restablecimiento de la corrupción como práctica habitual en la gestión gubernamental; incubada primero en la improvisación, pero luego alentada en la prebendalización del aparato público y en el fomento de las actividades informales e ilegales como el contrabando y la ampliación de los cocales. Los grandes y pequeños negociados desde la gestión pública, los sobreprecios en las compras estatales, la oscura discrecionalidad en las millonarias contrataciones gubernamentales y el surgimiento de nuevas fortunas marcan un penoso retorno a la práctica pirata sobre el erario y los bienes públicos.
Las Cinco Construcciones
Con la construcción económica-productiva se busca superar el extractivismo primario exportador y el capitalismo burocrático para dar paso al pluralismo económico, y reconstruir la economía con el esfuerzo coordinado de los grupos locales y redes de cooperativas que eviten las jerarquías clasistas del capitalismo y las dictaduras del “socialismo real”.
La construcción de vida digna recupera la visión integral de desarrollo humano, colocando a bolivianos y bolivianas en el centro de la inversión pública y privada, lo que supone aumentar los recursos asignados a la salud, educación, vivienda y creación de empleos dignos.
La construcción autonómica postula el desarrollo de legislación en todos los niveles estatales con el fin de garantizar normas y recursos para el bienestar de todos y romper el proceso de recentralización ejecutado por el gobierno actual.
La construcción democrática institucional busca la independencia de los órganos públicos, el respeto de los derechos humanos y las libertades democráticas, y la reapertura del proceso constituyente con el objetivo de compatibilizar las visiones de la República y el Estado Plurinacional, y construir verdaderos consensos nacionales que desemboquen en el perfeccionamiento y la reforma de la Constitución.
La construcción plurinacional apareja lo indígena originario con lo urbano, lo mestizo, lo popular y todos los demás ámbitos no indígenas de la sociedad boliviana, como proyecto nacional integral donde lo indígena sea parte indisoluble de la identidad colectiva boliviana.