(Masas).- Constatamos que el proyecto de Estatuto Orgánico del Departamento de La Paz es una simple copia de los enunciados de la Ley Marco de Autonomías y la Constitución; es inútil encontrar nada concreto sobre las competencias del gobierno departamental y, lo más importante, los recursos departamentales; nada sustancial fuera de los que actualmente reciben del poder central. Las autonomías departamentales que plantean estos estatutos se reducen a autorizar a las gobernaciones la creación de impuestos departamentales, es decir exprimir a los explotados a título de generar desarrollo departamental autónomo.
El atraso económico del país, su condición de exportador de materias primas para el mercado mundial, se expresa en el desarrollo desigual de las regiones del país. La economía se encuentra concentrada en las regiones que de algún modo están ligadas a la producción, la administración y la comercialización de estas materias primas. En nuestro caso y ahora, el gas principalmente y tradicionalmente la minería, mientras que el resto y particularmente el campo agonizan en el abandono y el atraso.
Mientras la minería fue el principal sustento del Estado, la economía y el poder se concentraron en occidente, en tanto que el sur, el norte y el oriente permanecieron abandonados. Ahora el eje económico se ha trasladado hacia los departamentos productores de gas, especialmente a Santa Cruz.
La demanda autonomista de las regiones y de algunas naciones indígenas originarias consiste en tener el control y manejo autónomo de sus recursos en la ilusión de generar un desarrollo independiente del poder central, en esa medida expresa una tendencia centrífuga, disolvente de la precaria unidad nacional que no puede consolidarse precisamente por la desarticulación económica productiva entre las regiones.
Se trata de una respuesta ingenua que pierde de vista que el problema del centralismo no se resuelve con la simple elaboración de estatutos autonómicos, porque un estatuto no puede modificar las causas estructurales de la economía que son las que determinan la desigualdad entre regiones y departamentos.
El gobierno del MAS se opuso a los planteamientos autonomistas de la “Media Luna” enarbolados por la derecha tradicional que vio con horror la ascensión al Poder de un indio que además hablaba, demagógicamente por cierto, de liberación de las naciones indígenas originarias, de antiimperialismo y de revolución “democrática cultural”, mientras simultáneamente dejaba en claro que era respetuoso de la propiedad privada en todas sus dimensiones (la grande, la mediana, la pequeña).
Esta prédica no sólo confundió a las masas explotadas y oprimidas que le atribuyeron cualidades revolucionarias a Evo por el simple argumento de su condición indígena campesina sino también a la burguesía criolla y al imperialismo que temieron lo mismo.
El MAS con el apoyo de las masas explotadas y oprimidas aplastó a la “Media Luna” y su planteamiento autonomista. Después, con el tiempo, ha logrado ganar la confianza de la burguesía demostrando que realmente no sólo es respetuoso sino protector de los intereses de la burguesía y de las transnacionales.
El domingo 20 de septiembre en los departamentos La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca y los municipios de Tacopaya, Cocapata, Huanuni, Totora Marka y Charagua, nos obligarán a votar por la aprobación o rechazo de unos estatutos autonómicos que casi nadie conoce y que fueron elaborados entre cuatro paredes a gusto y sabor del gobierno central.
Tomando como ejemplo el proyecto de Estatuto Orgánico del Departamento de La Paz, constatamos que es una simple copia de los enunciados de la Ley Marco de Autonomías y la Constitución; es inútil encontrar nada concreto sobre las competencias del gobierno departamental y, lo más importante, los recursos departamentales; nada sustancial fuera de los que actualmente reciben del poder central. La pregunta es ¿qué vamos a votar? Corresponde aplastar la farsa con el voto en blanco.
Las regiones bajo esta Ley sólo tienen competencias administrativas de los recursos que el poder central le asigne bajo sus condiciones y política; para generar recursos propios sólo pueden recurrir a la CREACIÓN DE NUEVOS IMPUESTOS DEPARTAMENTALES. Aprobar con el SI estos estatutos autonómicos es firmar un cheque en blanco para que los gobiernos departamentales o regionales nos expriman con nuevos impuestos.
La gran mayoría de la población desconoce totalmente el contenido de estos estatutos y sin embargo debe decidor, obligatoriamente con su voto su aprobación o rechazo.
En principio habíamos señalado que puesto que estos estatutos no resuelven nada porque las desigualdades regionales y nacionales son estructurales, habría que votar nulo, pero en verdad, por lo expuesto, lo que corresponde es rechazarlos, votando por el NO. Como una forma, además, de expresar el repudio al MAS.
* Texto tomado de Masas, órgano de prensa del Partido Obrero Revolucionario (POR).
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